Con el regreso de Hazard, a Zidane se le plantea un dilema para las alineaciones en las noches de los partidos grandes, en los duelos en los que no hay lugar para las rotaciones y sí para el equipo de gala. El francés tiene claro el esquema para esos días de todo o nada: el 4-4-2. Y también tiene clara la dupla atacante siempre y cuando no haya problemas físicos que lo impida: Benzema-Hazard. Así que a Zizou le toca mojarse con los centrocampistas, debiendo elegir a cuatro de los cinco ‘titulares’ que tiene. Y ahí, con Casemiro, Valverde y Kroos fijos en la medular, serán Isco y Modric los que peleen por la cuarta plaza, la que ocupa el hombre que se mueve entre líneas.