No era un partido cualquiera, era el choque en el que el Real Madrid debía dar un golpe de autoridad encima de la mesa y lo que se ha llevado es un bofetón que ha servido para tumbar esa recuperada alegría, que tan solo ha durado una semana. Es un partido muy complicado de explicar y digo esto porque cuando un equipo se está jugando una Liga no puede ni debe salir con la actitud con la que salió el once de Zinedine Zidane. Hace una semana fue alabado, pero siete días después se ha estrellado.
Al Betis le bastó con mantener el orden y la intensidad para llevarse tres puntos gracias a los goles de Sidnei y Tello, algo que no esperaban tras ver como Rubi y lo suyos celebraron la victoria. Un triunfo que da vida al técnico y que le debe servir de crédito para terminar con los rumores de su adiós al banquillo. Un buen entrenador.
Los verdiblancos tan solo se vieron superados por el Real Madrid cuando en la primera parte marcó Sidnei y cuando Tello acertó a culminar el regalo de Benzema, que al borde del descanso empató de penalti. El resto de partido se sintieron cómodos ante el timorato partido planteado por los de Zidane, que no acertó ni al principio ni al final al terminar con un once sin Kroos, Modric, Rodrygo, Bale, James…
No logró que sus jugadores salieran mentalizados. Ni el empate les valía, pero saltaron al césped a verlas venir. Después, cuando el empate dejaba a los madridistas sin liderato, pasó a jugar con dos nueves, algo que lo ha hecho en contadas ocasiones a lo largo de la temporada. Tan solo Vinicius se atrevía a desbordar. pero el brasileño no bastó en esta ocasión.
La afición madridista volvía a creer, pero noventa minutos han bastado para que las dudas vuelvan a aparecer y, lo que es peor, y que pases a depender del Barcelona, que vuelve a tener todo de cara. Decepción y de las buenas a diez días del choque ante el Manchester City. Hay margen, pero ya no depende de sí mismo.
Si el tópico de que en campos así se ganan las Ligas se utilizan mucho a lo largo de una temporada, el partido en el Benito Villamarín puede ser calificado como aquel en el que se pierde una Liga. Por lo menos lo que se ha quedado en el camino es el liderato.