El tridente Modric, Kroos y Casemiro ha dominado el centro del campo del Madrid y también el fútbol europeo durante su época más brillante. La lujosa BBC no eclipsa el protagonismo de los tres cerebros blancos en la exitosa etapa blanca de las tres Champions consecutivas. El último reconocimiento a tan majestuoso centro del campo fue el Balón de Oro que ganó Modric en 2018.El momento cumbre en la carrera de Luka, que en septiembre cumplirá 35 años, coincidió con el comienzo de un ligero bajón en su rendimiento, en sintonía con casi todo el equipo el año pasado. A diferencia de Kroos, por ejemplo, esta temporada Modric no ha terminado de reaccionar y es el primero del tridente del centro del campo que está en serios apuros para mantener su estatus como titularísimo.
Modric resulta el más condicionado por el empuje de Valverde. El efecto Fede ha hecho tambalearse la condición de intocable de un Modric que ya esta temporada ha visto rebajado su protagonismo en el equipo. Una circunstancia que se ha acentuado en los partidos grandes, donde en muchos de ellos ha sido suplente. Modric ha tenido momentos buenos en la temporada, pero a ojos de Zidane han resultado insuficientes para aguantar el pulso a un Valverde que ha entrado con fuerza en el once. De hecho, ZZ ha preferido rotar a Kroos para dar entrada a Modric. Verlo juntos ya no era habitual en los últimos onces.
Lesiones aparte, sobre todo la de septiembre que le dejó tres semanas sin jugar, a Modric le ha costado esta temporada recuperar sus mejores sensaciones y la irrupción de Fede le ha complicado un poco más defender su posición en el equipo. Valverde ha llegado para quedarse y Luka podría ver reducido mucho más su protagonismo en el futuro.