No ha sido el de hoy un lunes cualquiera en Valdebebas. El coronavirus ha cambiado las sensibilidades y prioridades de todos, y lo que antes era normal ahora se ha vuelto extraordinario. Por eso en la nueva fase de entrenamientos que ha iniciado el Madrid esta mañana se ha disparado el optimismo.
Desde el club resaltan la gran alegría que se ha vivido en la ciudad deportiva en la primera jornada de esta semana. Queda aún mucho camino por recorrer, pero explican que la posibilidad de juntar a ocho jugadores para los ejercicios, que siguen siendo individuales pero a la vez con compañía, uno detrás de otro, ha trasladado a la plantilla a un pasado mejor.
Zidane y su cuerpo técnico han dispuesto circuitos de conducción esquivando picas, saltando vallas y, quizá lo más especial, lanzando a puerta. Ese paso de poder chutar y las típicas reacciones a los golazos, los paradones o los fallos ha puesto las sonrisas en la boca de los futbolistas, como si así se hubieran terminado de convencer de que el regreso del fútbol es más que viable.
Las precauciones, no obstante, son máximas. Las medidas de seguridad han seguido siendo escrupulosas, siempre de acuerdo a todos los protocolos establecidos: llegada individual en el coche elegido para esta etapa, recogida de la ropa en bolsas biodegradables en las habitaciones, donde también se han duchado y han devuelto las equipaciones a nuevas bolsas, la obligatoriedad del gel hidroalcohólico en el gimnasio… Es la única forma de, seguramente más pronto que tarde, disfrutar de nuevo de lo que más les gusta.