Hace pocos meses mucha gente daba por sentando el regreso de Martin Odegaard al Real Madrid. El noruego era la sensación de LaLiga. Semana tras semana dejaba jugadas que se convertían en estrellas de los resúmenes de los partidos de la Real Sociedad. El proceso de maduración de un chico que llegó a Valdebebas con 16 años recién cumplidos en enero de 2015 alcanzaba el punto perfecto para regresar a casa.
Mientras, Luka Modric no arrancaba en el Madrid. Las lesiones le pasaban factura y no encontraba la regularidad necesaria para mostrar su fútbol. La explosión de Valverde le pasaba factura al croata. El escenario de una salida en verano, con Estados Unidos al frente, ganaba terreno.
Sin embargo, Zidane nunca mostró. Cuando se le preguntaba por la gran temporada de Odegaard no encendía la mecha, más bien lo contrario. En la otra cara de esa moneda veía a Modric siendo importante en el tramo importante de la temporada, cuando los partidos y los puntos valen títulos. Una vez más, el francés llevaba razón.
Odegaard y su entorno siempre han tenido una cosa clara: que su vuelta al Madrid tiene que se sobre seguro. Para ser un jugador importante, no como alternativa a si algo no funciona. La continuidad ganada en San Sebastián ni quiere que se corte.
El noruego es consciente de que si Modric está bien, y por lo visto en el tramo final de LaLiga el croata tiene cuerda, es intocable para Zidane. Al igual que Kroos y Casemiro. La posición del genio de Zagreb es la que marcada para Odegaard cuando se decida el regreso a la casa blanca. Lo que ahora sucede no es una sorpresa para el noruego. Por algo firmó la posibilidad de una segunda temporada en la Real Sociedad.
Esa es una opción que cada vez convence más a todas las partes. La Real no tenía duda alguna desde el principio. El Madrid está tranquilo porque Modric ha dejado claro que no hay argumentos para dudar de él. Y Odegaard entiende que una temporada más como referente de un equipo que va a estar en Europa no hará más que hacerle mejor, estar más preparado para su gran objetivo: ser importante en el Madrid y estar a al altura de un centrocampista, Modric, cuya huella en el club es muy profunda.