La decisión ya está tomada. Pese a que al implicado le cuesta reconocerlo en público, habrá Zinedine Zidane 20-21. Presidente y entrenador hablaron al término del campeonato y la continuidad del técnico está asegurada. La conquista de LaLiga número 34 ha despejado cualquier duda que pudiera existir en la mente de unos y otros, por lo que el segundo proyecto del técnico seguirá adelante una temporada más.
«Zidane es una bendición para el Real Madrid», confesó Florentino Pérez una vez que el equipo blanco se proclamó campeón de manera matemática tras derrotar al Villarreal. Lo cierto es que el francés regresó a la entidad madridista y lo hizo para volver a hacer campeón al equipo blanco. Nadie lo puede discutir. Guste más o menos, con Zidane en el banquillo los éxitos y títulos se acumulan.
Zinedine Zidane tiene dos años más de contrato, pero un papel nunca ha sido un obstáculo si el ahora entrenador veía que algo no funcionaba o se le escapaba el control de la situación. No lo fue como jugador, cuando perdonó un año de contrato, no lo fue en 2018 cuando creyó que era el momento de dejar el banquillo del Real Madrid tras una temporada muy complicada en el interior del vestuario blanco.
Crédito recuperado
Ahora se siente con fuerza. Su gran objetivo de la campaña está logrado con la conquista de LaLiga, la segunda en tres temporadas completas como técnico del Madrid. Le dolía aquello del bajo porcentaje de éxito en la última década en el día a día. Quería la número 34 y la ha logrado.
Hasta llegar a la atípica celebración de la semana pasada, Zidane ha tenido que superar momentos muy complicados, los más duros desde que es entrenador. El arranque de Liga, el partido en Mallorca, el de Estambul con todo en juego, incluida su continuidad. Luego el palo de City y el paréntesis abierto por la pandemia. Pero su liderazgo del grupo junto a Ramos durante el confinamiento ha hecho posible que logre volver a poner a todos de acuerdo. Y queda la Champions League.
El técnico ya sabe que la próxima temporada la deberá afrontar con lo que tiene. Lo asume. Es más, se siente feliz, aunque es consciente de que algunos jugadores deberán aparecer menos o en circunstancias más especiales. Ley de vida. De la actual plantilla se sabe que le sobran Bale y James, que duda con Odriozola y que le gustaría seguir teniendo a sus pretorianos a su lado, con
Lucas a la cabeza.
Valora a Brahim, pero cree que debe salir del equipo y jugar. No lo tiene claro con Jovic y a Mariano le ve mejor en otro destino… De los cedidos le gusta Odegaard pero también sabe que tendría complicado jugar con Modric en la plantilla.
Todo se lo ha dicho al presidente, como también lo que le gustaría que tuviera el Real Madrid del futuro, pero tiene claro que este verano no podrá ser. Lo que sí es seguro es que Zidane será el dueño del banquillo blanco la próxima temporada.