Florentino Pérez sabe lo que tiene que hacer. La situación sanitaria ha derivado en una crisis económica que está sacudiendo al fútbol. El Real Madrid ha reducido el presupuesto proyectado en 300 millones de euros y el ahorro ha alcanzado a todos los departamentos del club, empezando con los fichajes, la plantilla, los posibles refuerzos y las renovaciones de contrato.
La entidad madridista se ha visto obligada a tomar decisiones. Algunas las han afrontado con tiempo, antes de que la pandemia apareciera, e incluso fueron criticadas, pero el tiempo ha dado la razón a esa toma de decisiones de cierta austeridad, en especial a lo que quisieron llamar como ‘escala salarial’.
La tensión económica es inevitable, pero lo que tienen claro desde la zona noble del Santiago Bernabéu es que no van a poner en peligro la estabilidad del club bajo ningún concepto. Ni en fichajes, ni en renovaciones. Ya lo han demostrado y todo sigue por la línea marcada desde hace meses e incluso de Cristiano Ronaldo salió con dirección a la Juventus.
Sin fichajes
Todo, como la ausencia de fichajes del pasado verano, obedece a una estrategia para luchar contra la crisis. No es un capricho, ni una decisión por tratarse de estos jugadores. Modric sí aceptó una renovación a la baja, pero ni Lucas Vázquez ni Ramos dan el sí a las condiciones ofrecidas. La vuelta de los aficionados a los estadios es la clave para la recuperación económica y el regreso a la normalidad. Cara al verano de 2022 hasta seis jugadores terminarían contrato. La toma de decisiones llegarán más adelante.
Varane, Benzema y Nacho son los tres jugadores que los dirigentes de la entidad tendría en mente renovar, pero, como decimos, supeditado a la situación económica. Marcelo, Isco y Bale no tendrán esa oportunidad de ampliar vínculo con el equipo madridista.