El Real Madrid sigue sin pólvora. Tuvieron que aparecer Kroos, con un gran pase, y Casemiro, de cabeza, para salvar al equipo blanco contra el Valladolid. El déficit ofensivo es evidente y sin Benzema, lesionado, se ha agravado. Sigue costando mucho ver puerta y ni siquiera el control de la posesión asegura peligro. En el José Zorrilla, el Madrid tuvo un 65% de posesión, pero sólo disparó entre los tres palos en dos ocasiones y no lo hicieron ninguno de sus delanteros (Casemiro y Lucas). Hay que sumarle otros cinco tiros que no vieron puerta.
Zidane apostó por Vinicius, Asensio y Mariano en ataque, y ninguno de los tres asumió galones. Vini fue de más a menos. Encaró a su lateral en un par de ocasiones en los primero 20 minutos, pero sin generar peligro. Después de eso, fue desapareciendo. Asensio entró muy poco en juego y con poco acierto. Anclarlo en la banda no le beneficia y se nota. Por último, Mariano no aprovechó su oportunidad sustituyendo a Benzema. Si bien se le vio incisivo, con ganas de generar problemas a la defensa rival, en ningún momento pudo hacerlo. Marcó dos goles, pero ambos en fuera de juego.
En ataque, al Madrid volvió a sostenerlo su centro del campo. No sólo por el gol, formulado entre Kroos y Casemiro, sino también por el juego. Faltó algo de ritmo en algunos tramos del partido, pero maniataron al Valladolid durante gran parte del partido mediante el control de la pelota. En total se completaron 551 pases y 181 los hicieron Casemiro, Kroos y Modric. El acierto fue del 87%.
El trio que forman el brasileño, el alemán y el croata es fundamental para el entrenador desde hace años, y esta temporada no iba a ser menos. Son de los futbolistas que más minutos han jugado (suman 6.800′ entre los tres). También han aportado mucho en ataque: han participado en 23 goles de los 47 goles del equipo, anotando (12) o asistiendo (11). Zidane reza porque a ninguno de ellos les agarre un resfriado en los meses que quedan de competición. Sin ellos, los títulos podrían convertirse en un imposible.